Así nació Celes
Katherine creció en un mundo que no le ofreció casi nada.
No había conexiones, ni privilegios. Solo un sistema que cerraba puertas y una vida que parecía no dar tregua…
Pero ella tenía algo. Algo que no se podía comprar: su mente. Su fuerza. Su disciplina.
Mientras muchas cosas se caían, Katherine se aferró al estudio. Al esfuerzo. A las ganas de salir adelante.
Y lo logró. No solo por ella, sino por su familia. Organizó. Construyó. Luchó, pero en ese proceso…
Katherine se olvidó de sí.
Hasta que un día entendió que amar también es dejar
un legado. Así nació Celes.
No solo como marca, sino como una promesa.
Una promesa para su sobrina y para todas las que vienen detrás. Una promesa que indica que sí es posible romper
el círculo, que ya no hace falta olvidarse para sacar a otros adelante.
“Celes es amor propio en forma de ritual.
Es sanar, es volver a ti”.